Venga, a la mierda contigo
Un mes había pasado ( casi) de que Marla y yo volvieramos a vernos, nos veiamos más o menos una vez por semana para mi absoluta sorpresa.
Marla había venido a mi casa por primera después de dos años de constantes idas y venidas. Mi compañero que conocía los antedecedentes de dicha dama andaba preocupado de que no sé ( nos robará la vajilla del ikea) a veces es condenadamente imbecil, mi compañero digo.
En fin, hasta Marla era consciente de que era raro que viniera, ella decía que nunca iba a casa de chicos sólo si organizaban una fiesta, y yo cada vez que decía eso hacía como si no fuera gran cosa el hecho de que viniera aquí, pero en el fondo dentro de mi algo centelleaba sintiendome estupidamente especial.
Con la tonteria vino un par de veces, siempre con las prisas, pero siempre resultaba un rato magnifico. y durante esas semanas yo estaba como en una nube de algodón de azucar sin saber si seguía fumado o que me había enamorado.
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan feliz, pero como dicen en Casino todo lo que sube baja, y yo había estado muy arriba, demasiado para alguien que pretende ser metodico y practico.
Me gusta estar en paz tranquilo no demasiado exaltado, porque soy de los que se apasionan demasiado y es una faceta que odio de mi, así que intento estar feliz pero no mucho, así cuando me da la bajona no duele tanto.
Pero tocó bajar, después de uno de los mejores días juntos, todo se nublo, Marla se cansó de mi, aunque me escribiera después diciendome que se lo había pasado muy bien.
Entonces ya volvió a ser la de siempre, a pasar de mi y a desaparecer.
Aunque la bajona empezó antes, supongo porque lo veía venir, y porque me entró el miedo de saber que después de tanto tiempo me había enamorado de alguien, de alguien que tiene el poder de destruirme en un chasquillo.
Y entonces me puse, enfermo y a la par deprimido, me gritaba a mi mismo, NO, NO. NO, porqueeee porqueee te has metido en esta mierda, como se quita esto, como puede hacer para sentirme normal como de costumbre y no condenamente blandito y patetico.
Ese no es mi estado natural, la verdad es que normalmente me siento muy de puta madre conmigo, pero derepente ya no sabía que cojones quería, quien era, y sobre todo porque Marla y yo no podiamos simplemente coexistir disfrutando uno del otro del otro de una forma pacifica y natural.
Porque siempre tenía que ser todo tan dificil, para alguien como yo que es condenadamente sencillo y fácil de llevar.
Y de la tristeza, había pasado a la rabia, y ahora me movía entre las dos, sin ninguna solución, sabiendo que el momento que me escribiera estaba vendido.
Incapaz de controlar mis impulsos hacía ella
enfadado porque todo siempre tiene que salir mal
triste porque no entiendo porque ella es así conmigo
Y empezaba el bucle, era yo que no era suficiente, era ella que porque coño no se dejaba ir con el flow y nos daba una oportunidad y así en un puto loop.
Y sabes que, estaba harto.
Harto de preocuparme, por preguntarme que había de malo
Así que me dije, venga va a la mierda.
A la mierda con todo.
Comentarios
Publicar un comentario