Puesto vacante
Adivina quién está de vuelta.
Ay, míranos tú y yo, el antes y el después mirándonos a través de la ventana de un blog de internet.
Siempre me pareciste un ser fascinante. Pena que pocos lo hayan sabido apreciar.
Y sin embargo yo si te aprecio, quizá nunca te entendí al cien por cien pero sentía que había algo en tí.
Hoy leyéndote lo sé.
Solía escribirle a las ciudades de las que me enamoré, a las personas a los sueños pero realmente nunca te dije lo mucho que me gustas, así llanamente sin rodeos.
Tampoco me siento ya un testigo de Jehová intentando que el mundo te vea como yo te veo.
Yo te veo, cada día, cada entrada que escribiste ahí estuve contigo. Y aquí sigo, y nos entendemos mejor, nos queremos mejor y bueno lo demás sigue siendo como era.
Caos, pero aprendimos a navegarlo mejor, lo hacemos todos los días.
Cuantas veces hemos querido tirar la toalla o sufrido una traición, o tal vez una decepción hoy mismamente pero cada vez se hace más fácil porque cada vez duele e importa menos.
Solo hay una prioridad que el sobrevivir se convierte en vivir la vida.
Otro corazón roto, no está roto estoy ha sido un ligero rasguño, un rasguño o tal vez el potencial del que podría haber sido, pero ahora que vemos lo que es, es más bien una ganancia que una pérdida.
Cuando personas de dudosas intenciones, se apartan te hacen el trabajo por tí.
Hay un puesto vacante a mi lado. Solía crear que yo aplicaba para ser la mano derecha el partner in crime de otro, pero ahora empiezo a entender.
Yo hago las entrevistas, yo elijo a los candidatos, y si ellos no están a la altura del puesto. Se cierra la vacante hasta que alguien pueda ocupar el puesto conmigo mientras tanto yo reino sola.
Y no lo hago nada mal, y lo haré mucho mejor.
Y la vida es rara y a veces vivo cientos de dejavus pero cada vez entiendo más rápido que tengo que hacer para que todo siga según lo planeado.
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