Destruir algo bello

 Belleza extraña.

Los eclipses siempre azotan con fuerza y desde que empezaron hace cuatro días no han tenido tregua con nadie.

Yo no iba a ser la excepción, en estas cosas nunca lo soy.

Derepente el ambiente estaba raro y todo lo que parecía imperecedero empezaba a mudar y a quebrarse.

Hacia un par de meses que mi condena llamada trabajo resultaba mucho más amena, había en un buen ambiente, nos divertimos, creamos mejor, y era divertido ir a allí.

Pero así como empezó de un plumazo fue destruido.

Me recordaba a la frase del club de la lucha que decía uno de los personajes " necesito destruir algo bello", eso fue lo que seguramente pensaron mis jefes, los resultados era mejores que nunca pero era demasiado bueno para durar, es como si no se pudiese ser feliz en el trabajo.

El trabajo es trabajo y no puedes disfrutarlo demasiado ni divertirte en él, tiene que sentirse trabajo, tú ya me entiendes.

De repente una sombra me acecho, ya no estaba tan segura si quería seguir allí. El entusiasmo y la alegría de mis compañeros me habían hecho olvidar que nunca quise pertenecer a ese sitio que era un sitio de paso, y esto me había recordado que me había acomodado cuando aún quedado mucho camino.

Luego estaba mi bar favorito, que estaba lleno de niños repelentes y gente de minorías que en los últimos tiempos se habían convertido en los nuevos snobs, si no eras gay negro trans no eras bienvenido, un sitio que se suponía que daba la bienvenida a todos, resultaba ser extremadamente racista e elitista, solo los cool kids alternativos eran bienvenidos. En unos meses haría mi exposición allí y sentía que ese lugar ya no me representaba.

Otro muro que se venia abajo.

Y por último, había estado en un tira y afloja con la chica que estoy saliendo desde hace dos meses, sin saber si fiarme o no, si y no, si y no.

Dispuesto a arreglar los malentendidos y continuar, ella había hecho algo que no podía ignorar, no podía dejar pasar, otro muro que se caía 

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