Vivian Maeir

Montreal - The white Noise

Es casi poético que la canción que puesto para calmarme e escribir, contenga dos cosas representativas de el último acontecimiento que me ha hecho volar en pedazos.

El otro día veía big mouth para no pensar, recuerdo que a los personajes masculinos al descubrir que las tías estaban tan cachondas como ellos les explotaba la cabeza.
No voy añadir ninguna opinión a ese hecho simplemente quería hacer una similitud a como esta mi mente en este momento.

Como una cerilla que se ha apagada deshecha y llena de cenizas.

No podría decir que he tocado fondo, pero si que no estoy bien.

Soy de esas personas que ven el vaso medio vacío siempre, pero lo tomo como una precaución para tener en cuenta el volver a llenarlo, aunque tampoco podemos negar que soy negativo, es un hecho.


Normalmente me quejo de algo, pues cuando todo va bien me pongo nervioso, me recuerda a lo mucho que tengo que perder, así que ver algo negativo equilibra la balance.

Sin embargo, no era consciente hasta ahora, que estaba supliendo un dolor punzante, parcheando
con ensoñaciones.

Tapaba el agujero con lo que podía, salir por ahí, beber, comer, comprar.




Al principio era sútil, pero debajo de esos parches, acerté a ver un vacío aterrador.
El eco de la persona más cruel que conozco empezó a resonar en la cueva, en ese vacío que se había escarbado poco a poco.



Y entonces ya era tarde, ya estaba frente a mi levantando esos tablones de madera que había clavado en la pared para que no entraran los zombies
y todos entraron, y me han deborado.

cada palabra es un dentellada.



Y entonces el miedo baila conmigo en un baile macabro, zarandeándome, no me gusta, quiero que pare, pero me agita sin vehemencia.
Le susurro que no me gusta bailar, y entonces se mueve con más brío arrastrándome con el.
No va a parar, y aunque intento llevar el ritmo rindiendo me, me tropiezo y eso me resulta más doloroso e humillante.

Le dance macabre.



Comentarios

Entradas populares