Sin pena ni gloria
Os he abandonado a vuestra suerte, mientras yo peleo con mi propia procrastinación y falta de autodiscisplina.
Podría empezar por el reporte semanal ahora que entramos en el fin de semana.
Existe gente muy afortunada que trabaja de algo que le inspira pero yo no soy parte de esa gente, odio mi trabajo.
Recuerdo cuando era pequeño y veía esas películas de adultos que odiaban su trabajo y algo pasaba y bueno, se iba desarrollando la peli, pero mayoría eran infelices y habían olvidado a su niño interno por trabajos de oficina con teléfonos ladrillo y maletines de piel, estabamos en los 90, claro que yo no he olvidado a mi niño ni puedo permitirme un maletín de piel y al igual que las pelis deseo que pase algo que me permita demostrar lo que valgo en este mundo laboral de ceros y unos y color gris con rayas diplomáticas.
Pero ese día no llega, y yo doy el coñazo dentro mis posibilidades en este juego amañado que es el mundo de las grandes compañías, esta semana tuve una prueba para un puesto mejor, y allí estaba yo, un puesto mas creativo " dentro de la tiranía de lo comercial" mejor sueldo, mejor horario, suena bien eh, pero no resulto. Mi jefa una mujer parecida a la dama de hierro, fría calculadora muy rubia y que parece absolutamente muerta y sin ningún tipo de sentimiento humano, me cogió aparte para explicarme de forma condescendiente como si fuera subnormal, en que había fallado para ser mejor, he de decir que esa mujer tiene una maestría sublime para ser una zorra sin que se note, pero rescataré algunas cosas que me resultaron deliciosos sin caer en toda la aburrida conversación, una de ellas fue que según ella no pensé fuera de la caja, no arriesgue y la otra que se esperaban más de mi.
Sé que no le gusto especialmente y sé que disfruto dandoselas de importante pero lo que también sé es que no llevo lo suficiente en la compañía para este ascenso y que la prueba fue un fabuloso teatrillo para fingir que dan oportunidades de crecimiento.
Ese día estuve entre enfadado y triste, hasta confesaré que lloré un poco pero la verdad es que acostumbrado al auto-castigo y autosabotarme en ningún momento me sentí fracasado o triste por supuestamente no haber sido tan brillante como esperaban.
Solo me he quedado un poco desubicado, y ahora qué, me decía, tenía mis dos mejores cartas, ( una este ascenso y la otra otro posible trabajo que no resultó) que se supone que toca ahora.
Seguía en el porche fumando, pensado en nada. Sin pena ni gloria, allí estacando sabiendo que tenía el puto coche atorado en el barro y que me sentía absolutamente despreocupado de todo.
Bueno ya vendrá la grúa, o ya se ira todo un poco más a la mierda, el caso es que aquí estamos no, fumando este cigarrillo disfrutando del viento en la cara, viendo como el otoño llega desolador.
Podría empezar por el reporte semanal ahora que entramos en el fin de semana.
Existe gente muy afortunada que trabaja de algo que le inspira pero yo no soy parte de esa gente, odio mi trabajo.
Recuerdo cuando era pequeño y veía esas películas de adultos que odiaban su trabajo y algo pasaba y bueno, se iba desarrollando la peli, pero mayoría eran infelices y habían olvidado a su niño interno por trabajos de oficina con teléfonos ladrillo y maletines de piel, estabamos en los 90, claro que yo no he olvidado a mi niño ni puedo permitirme un maletín de piel y al igual que las pelis deseo que pase algo que me permita demostrar lo que valgo en este mundo laboral de ceros y unos y color gris con rayas diplomáticas.
Pero ese día no llega, y yo doy el coñazo dentro mis posibilidades en este juego amañado que es el mundo de las grandes compañías, esta semana tuve una prueba para un puesto mejor, y allí estaba yo, un puesto mas creativo " dentro de la tiranía de lo comercial" mejor sueldo, mejor horario, suena bien eh, pero no resulto. Mi jefa una mujer parecida a la dama de hierro, fría calculadora muy rubia y que parece absolutamente muerta y sin ningún tipo de sentimiento humano, me cogió aparte para explicarme de forma condescendiente como si fuera subnormal, en que había fallado para ser mejor, he de decir que esa mujer tiene una maestría sublime para ser una zorra sin que se note, pero rescataré algunas cosas que me resultaron deliciosos sin caer en toda la aburrida conversación, una de ellas fue que según ella no pensé fuera de la caja, no arriesgue y la otra que se esperaban más de mi.
Sé que no le gusto especialmente y sé que disfruto dandoselas de importante pero lo que también sé es que no llevo lo suficiente en la compañía para este ascenso y que la prueba fue un fabuloso teatrillo para fingir que dan oportunidades de crecimiento.
Ese día estuve entre enfadado y triste, hasta confesaré que lloré un poco pero la verdad es que acostumbrado al auto-castigo y autosabotarme en ningún momento me sentí fracasado o triste por supuestamente no haber sido tan brillante como esperaban.
Solo me he quedado un poco desubicado, y ahora qué, me decía, tenía mis dos mejores cartas, ( una este ascenso y la otra otro posible trabajo que no resultó) que se supone que toca ahora.
Seguía en el porche fumando, pensado en nada. Sin pena ni gloria, allí estacando sabiendo que tenía el puto coche atorado en el barro y que me sentía absolutamente despreocupado de todo.
Bueno ya vendrá la grúa, o ya se ira todo un poco más a la mierda, el caso es que aquí estamos no, fumando este cigarrillo disfrutando del viento en la cara, viendo como el otoño llega desolador.
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