Operación Paul Dano.

Mercurio 67.

Paul Dano es un chico del mundo Hollywoodiense, de que esos que pasan desapercibidos entre películas independientes y bastidores. Sin embargo Paul Dano es una de esas inspiraciones que escondo en mi montón de recortes de revistas.

Paul Dano

Paul Dano no es que haya hecho una infinidad de películas, pero siempre ha conseguido dejar su huella, escribe, canta en un grupo y ahora es director de cine. Todo a lo que yo aspiro en esta vida y un poco más.

Paul Dano en Miss Little Sunshine


Es cierto, lo confieso; Esos son mis sueños, como los de otro par de millones de personas. Cosa que me ha hecho decirlo siempre con la boca medio cerrada, cada vez que se lo confieso a alguien, para después añadir rápidamente, cosas como : Es un sueño difícil, es muy complicado trabajar en ese mundo, hace tiempo que deje a un lado eso. Creyendo que, añadiendo esos " comentarios del director" arreglo esa aparente falta de visión en el mundo real. Algo así, como quien suelta la burrada del siglo y añade jaja es broma.

Pues, así soy yo con mis sueños, boca cerrada para decirlos y, final pesimista aunque en mi mente se interpreta como un cierre realista a la burrada que he dicho.

A veces me pregunto porque hago algo tan rastrero con el motivo principal con el que fantaseo cada día.
Siempre que escucho música, que son tranquilamente 10 horas al día sin contar cuando me quedó dormido con los auriculares, me imagino a mi mismo, siendo yo por un instante, cantando o haciendo un solo de guitarra mientras bailo, hago el cabra y animo al publico mientras la piel se me pone de gallina con solo pensarlo.

Para acallar ese sueño, que, según mi parte racional es un deseo culposo que esta bien tener cuando nadie me ve, me digo a mi mismo que si tiene que ser, pasará. Aparecerá un camino de baldosas amarillas y sabré que, al igual que Dorothy debo ir a ver al mago de Oz, pero hasta entonces, no estoy lo suficiente preparado o en mi mente es muy difícil de lograr por ahora. Ya habrá algún momento en el que sea fácil ( la pereza ha hablado).

Y entonces me enfado y me digo¿ por qué no? ¿ Por qué no te pones y ves que pasa?, Y ala! Se me encoge el corazón, el miedo me inunda, la pereza me bloquea y me digo: Con imaginarlo es suficiente.
Y así, es como mi cerebro me protege del fracaso.

Pero lo que es un fracaso, es gastar las horas del día en algo que sabes que no es lo tuyo, que te coloca en piloto automático y te da la sensación de una falsa estabilidad.

Pero ese es un tema que pretendo a la vez enterrar y rescatar.


La cuestión  que hoy nos atañe, es mi problema para esperar las señales idóneas.
Iré al grano, me gusta una persona de esas que uno observa e idealiza causando le a uno un interés bastante profundo.

Antes de que se convierta en una de mis habituales forma de idealizar a alguien y luego decepcionarme me plantee esta vez la opción de conocerle.
Sin embargo, en ese plan yo solo le miró furtivamente hasta que sucede algo, ya que de lo contrario sería ir en contra de las señales de neón y baldosas amarillas.

Así que, me dedico a esperar el momento.

Pero como comprenderéis si la vida fuera así, y sólo tuviéramos que esperar a que pase lo que queremos,  ¡madre mía!, sería tan fácil todo.

Una vez leí algo así como, que nos pasamos la vida creyendo nos con el derecho y esperando que, nos acaricien que no somos capaces de acariciar nosotros.

Así que, me he dicho, quieres conocer a esa persona  ¿no? Pues hazlo. Acaricia le tú. ( no literalmente)

Ve allí y háblale. Conoce le y luego decide.



Es gracioso porque se que mañana no lo haré y este manifiesto me perseguirá toda la vida recordando me que la gente se queja de las salas de espera pero luego se pasa toda la parte producente de su vida esperando estúpidas señales ajenas cuando la posibilidad siempre está en uno.

Sonando: Graham Coxon - Freakin out



Buenas noches.

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