The Heat of the morning
Me he tomado en serio el hecho de escribir un poco todos los días para no oxidar me.
Un ejercicio de perseverancia, constancia y todas esas palabras que acaban en -ancia que me dan alergia.
Para agilizar el ejercicio me quito el reloj incrustado en mi piel durante 10 horas, las cuales he estado fuera por trabajo y demas menesteres relacionados con ser adulto y responsable.
Me ajusto los auriculares y me pongo The heat of the morning, pero el cover de Alex Turner junto a Miles Kane, sin embargo hoy no hablaré de la profunda fascinación que provoca en mi estos dos personajes hoy simplemente serán parte del decorado de la escena que os planteo hoy.
Pues bien, hoy me apetece escribir sobre el amor.
Al igual que un capítulo de The Wire perfectamente hilado, mi día ha tenido una connotación bastante potente bajo los efectos del astro rey, y no, no hablo del sol, hablo del amor.
Todo empieza con uno de mis compañero de piso fascinado por una nueva chica que últimamente aparece por casa a la que llaman "Cleopatra" por sus orígenes egipcios y por lo guapa que es, y la verdad es que creo que el piropo es correcto.
Por otro lado esta mi otro compañero de piso un geek agraciado que en el fondo es un niño inseguro pero que se ha creado un traje de Casanova a base de su buena genética y que es extremadamente cercano y social, curiosamente esas cualidades de él, a mi me enferman de una extraña manera que no aún no se digerir con corrección.
Mientras describo a esta especie de Juan Tenorio suena "Two hearts in two weeks" de nuestros buenos amigos Miles y Alex.
Para no desvelar mucho más vamos a poner nombres en clave digamos que el geek agraciado es Manhattan y el chico fascinado es Belgrado.
El caso es que Manhattan me da la impresión que aspira algo que no puede tener y se dedica a utilizar a Cleopatra para digamos intentar crear un efecto/ reacción en esa persona a la que no puede tener.
Cleopatra ajena a todo esto, creo que se ha dejado llevar por la buena genética y esa superproduccion de azúcar que produce el muchacho. Que a mi me enferma, he dicho ya que me enferma ¿no?
Luego esta Belgrado que es un tipo interesante pero con menos genética ( bastante menos), inteligente refinado y con un poco más de profundidad que Manhattan, sin embargo aunque para mi está claro quien es más redondo como personaje, la sociedad también tiene claro que si eres guapo y simpático siempre ganas a la chica guapa e inocente y esto lejos de ser un tópico ha sido una escena muy real que he podido ver con estos ojos míos.
Cuando llegaron a casa Belgrado, Manhattan y Cleopatra de sus diversiones mundanas las cuales agradecí para poder estar en la soledad en el piso haciendo lo que sea que hago cuando lucho entre ser productivo y perder el tiempo. Mi compañero Belgrado vino muy excitado, lejos de tener su habitual tono calmado, me dijo que no había nada que hacer, ( esto sin preguntarme que tal ni nada) que a ella le gustaba Manhattan.
En estos casos, pues solo se me ocurrió abrazarlo aunque después de estar cocinando mi comida para mañana me olían las manos a atún y no debió de ser un abrazo muy prosaico.
Después del consistente y oloroso pésame, todavía excitado y apasionadamente me dijo que como Manhattan no cuidara a la chica le reventaría una parte que estoy seguro que no le agradaría nada de que le dañaran. Y que iba hablar con él sobre golpearle allí como no la cuidara.
Sin cero sentido y antes de ser consciente Belgrado llamó a Manhattan para que viniera a la cocina para hablar con él, del lavavajillas.
Yo salí de allí para dejar la intimidad suficiente para que alguien pueda amenazar románticamente a otro alguien.
Pero la chica que es como un chicle en el zapato de Manhattan iba a entrar en la cocina e irrumpir ese momento de duelo, el cual sinceramente podría haberse pospuesto un poco a un momento más acorde.
Así que yo con mi extraña y aleatoria forma de ayudar, me puse en medio de la puerta cerrada y empecé a hablarle de cosas tan triviales como mi vida y hacer hincapié en que recordaría su fecha de cumpleaños ya que mi gato cumplía un día después que ella.
Cuando ya su cara de espanto ya era más que latente y mi conversación ya le había parecido demasiado, decidió cortar tremendo despropósito y me vi en el deber de abandonar la hazaña y dejar que las cosas sucedieran.
Ya en mi habitación a salvo del drama amoroso, pensé en que en parte yo era libre del amor pero ese pensamiento no duró mucho siendo honestos yo tampoco me libraba de las incongruencias del amor.
Solo que, lo mío es más leve. Yo juego al juego más seguro del planeta en términos amorosos sin apostar nada.
Me enamoro y desenamoro de gente que ni conozco, las observo averiguo algo de realidad la mezclo con mi fantasía y con ello fantaseo sobre ese compañero de crimenes y aventuras perfecto.
Luego la realidad asoma me decepciono porque tienen pareja o no son como creía que eran en mi mente, me entristezco, me digo a mi mismo que moriré solo, se me pasa, y al día siguiente en el metro vuelvo a cruzar miradas y a rendirme al juego de la idealización.
Y cierro nota con my mistakes were made for you.
Un ejercicio de perseverancia, constancia y todas esas palabras que acaban en -ancia que me dan alergia.
Para agilizar el ejercicio me quito el reloj incrustado en mi piel durante 10 horas, las cuales he estado fuera por trabajo y demas menesteres relacionados con ser adulto y responsable.
Me ajusto los auriculares y me pongo The heat of the morning, pero el cover de Alex Turner junto a Miles Kane, sin embargo hoy no hablaré de la profunda fascinación que provoca en mi estos dos personajes hoy simplemente serán parte del decorado de la escena que os planteo hoy.
Pues bien, hoy me apetece escribir sobre el amor.
Al igual que un capítulo de The Wire perfectamente hilado, mi día ha tenido una connotación bastante potente bajo los efectos del astro rey, y no, no hablo del sol, hablo del amor.
Todo empieza con uno de mis compañero de piso fascinado por una nueva chica que últimamente aparece por casa a la que llaman "Cleopatra" por sus orígenes egipcios y por lo guapa que es, y la verdad es que creo que el piropo es correcto.
Por otro lado esta mi otro compañero de piso un geek agraciado que en el fondo es un niño inseguro pero que se ha creado un traje de Casanova a base de su buena genética y que es extremadamente cercano y social, curiosamente esas cualidades de él, a mi me enferman de una extraña manera que no aún no se digerir con corrección.
Mientras describo a esta especie de Juan Tenorio suena "Two hearts in two weeks" de nuestros buenos amigos Miles y Alex.
Para no desvelar mucho más vamos a poner nombres en clave digamos que el geek agraciado es Manhattan y el chico fascinado es Belgrado.
El caso es que Manhattan me da la impresión que aspira algo que no puede tener y se dedica a utilizar a Cleopatra para digamos intentar crear un efecto/ reacción en esa persona a la que no puede tener.
Cleopatra ajena a todo esto, creo que se ha dejado llevar por la buena genética y esa superproduccion de azúcar que produce el muchacho. Que a mi me enferma, he dicho ya que me enferma ¿no?
Luego esta Belgrado que es un tipo interesante pero con menos genética ( bastante menos), inteligente refinado y con un poco más de profundidad que Manhattan, sin embargo aunque para mi está claro quien es más redondo como personaje, la sociedad también tiene claro que si eres guapo y simpático siempre ganas a la chica guapa e inocente y esto lejos de ser un tópico ha sido una escena muy real que he podido ver con estos ojos míos.
Cuando llegaron a casa Belgrado, Manhattan y Cleopatra de sus diversiones mundanas las cuales agradecí para poder estar en la soledad en el piso haciendo lo que sea que hago cuando lucho entre ser productivo y perder el tiempo. Mi compañero Belgrado vino muy excitado, lejos de tener su habitual tono calmado, me dijo que no había nada que hacer, ( esto sin preguntarme que tal ni nada) que a ella le gustaba Manhattan.
En estos casos, pues solo se me ocurrió abrazarlo aunque después de estar cocinando mi comida para mañana me olían las manos a atún y no debió de ser un abrazo muy prosaico.
Después del consistente y oloroso pésame, todavía excitado y apasionadamente me dijo que como Manhattan no cuidara a la chica le reventaría una parte que estoy seguro que no le agradaría nada de que le dañaran. Y que iba hablar con él sobre golpearle allí como no la cuidara.
Sin cero sentido y antes de ser consciente Belgrado llamó a Manhattan para que viniera a la cocina para hablar con él, del lavavajillas.
Yo salí de allí para dejar la intimidad suficiente para que alguien pueda amenazar románticamente a otro alguien.
Pero la chica que es como un chicle en el zapato de Manhattan iba a entrar en la cocina e irrumpir ese momento de duelo, el cual sinceramente podría haberse pospuesto un poco a un momento más acorde.
Así que yo con mi extraña y aleatoria forma de ayudar, me puse en medio de la puerta cerrada y empecé a hablarle de cosas tan triviales como mi vida y hacer hincapié en que recordaría su fecha de cumpleaños ya que mi gato cumplía un día después que ella.
Cuando ya su cara de espanto ya era más que latente y mi conversación ya le había parecido demasiado, decidió cortar tremendo despropósito y me vi en el deber de abandonar la hazaña y dejar que las cosas sucedieran.
Ya en mi habitación a salvo del drama amoroso, pensé en que en parte yo era libre del amor pero ese pensamiento no duró mucho siendo honestos yo tampoco me libraba de las incongruencias del amor.
Solo que, lo mío es más leve. Yo juego al juego más seguro del planeta en términos amorosos sin apostar nada.
Me enamoro y desenamoro de gente que ni conozco, las observo averiguo algo de realidad la mezclo con mi fantasía y con ello fantaseo sobre ese compañero de crimenes y aventuras perfecto.
Luego la realidad asoma me decepciono porque tienen pareja o no son como creía que eran en mi mente, me entristezco, me digo a mi mismo que moriré solo, se me pasa, y al día siguiente en el metro vuelvo a cruzar miradas y a rendirme al juego de la idealización.
Y cierro nota con my mistakes were made for you.
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