EL ASESINATO
Otro día enfermo, estar enfermo me vuelve loco, loco de remate, en vez de mi cuerpo luchando contra el virus es mi mente luchando contra mi cuerpo.
Me frustro y lloro como un condenado crío al no poder levantarme sin marearme o poder deshacerme de este puto dolor de cuerpo y cabeza, cuanto más me cabreo más se me acelara el corazón y ya no se si me va dar un ataque al corazón o un ataque de pánico o las dos.
Joder, en serio, así que con mucho esfuerzo me vestí, me arregle, y me fui al supermercado a comprarme unas pastillas para la garganta, y honestamente sintiendome culpable una cajeta de cigarrillos, lo sé, tengo una infección de garganta y me pongo a fumar, lo sé, soy consciente de lo imbecil que suena eso, pero cuando estoy enfermo me pongo condenadamente ansioso, y cuanto más ansioso me pongo más fumo.
Sí lo sé, horrible y poco practico.
Para comprar tabaco tienes que hacer cola en una especie de mostrador, donde también alguna gente viene a cambiar rasca y gana, tenía delante una señora, que soltó un bufido cuando me puse a la cola, no sé porque, pero causo ese efecto, quizá porque soy extravagante, blanco y parece que tengo dinero por mi buen gusto en vestir ( cuando soy más pobre que las ratas), y claro todo esto en un vecindario como el mío no es bienvenido, un gheto con gente de color, ( que también digo yo que puta culpa tengo yo de haber nacido blanco) Y NO, no digáis que tengo privilegios porque os recuerdo que soy español en un pais nordico, que se traduce como los gitanos de la union europea, con todo respeto a los gitanos ( pero ya sabemos a que me refiero).
Bueno el caso yo acalorado, con la mirada perdida porque estoy enfermo sintiendo que la luz del supermercado es como un foco en mi cara, ya me estoy angustiando, me quiero ir.
La señora saca 800 putos boletos, y encima obviamente se pone a discutir con la chica, a preguntar, a sacar pegas,, vamos a dar el puto coñazo, el tiempo en la cola pasa como una eternidad, y se abre otra caja, antes de que parpadee para posicionarme ya que soy el siguiente la tipica abuela cojona y su nieta se meten.
Me empiezo a enfadar, me hierve la sangre, no se si por la fiebre, no se ya porque, me dan ganas de gritarles, de montar un espectaculo, y me acuerdo del discurso del Joker en la última película, y como la gente le importa una mierda los demás.
En ese momento me veia un capaz de empezar a gritarle y decirle cuatro cosas, pero una vocecita me dice dentro de mi, calmate no merece la pena.
Supongo que esto pasa tan constantemente y yo que estoy en un estado vulnerable enfermo y cansado me he encendido rapido. Me atienden.
Entro dentro a por las pastillas, la gente me mira, me siento incomodo, y con los reflejos lentos, la gente se me cruza en medio, no se disculpa, una mujer me choca y no dice nada me mira como si fuera mi puta culpa, otro se para en medio... Y si hay algo que debéis saber de mi en que suelo ser muy considerado, me muevo rápido incluso estando enfermo, dejo pasar a la gente e intento estorbar lo minimo pero empiezo a estresarme, joder solo quiero irme de aquí.
De repente ,me acuerdo del monstruo del fregadero y me digo deberia comprar algunos extra productos de limpieza por si acaso, el baño necesita una pasada, cojo unos guantes y la cabeza de una fregona, ya estoy cabreado.
Mi temple cambia, me olvide la puta bolsa, nah lo llevo todo en la mano, salgo aireado despues de que una persona se pare en seco a mirar el mobil y un par de gente mirandome como si viera un puto rinoceronte en el zoo por primera vez, salgo, en los bancos de al lado del supermercado están esos pandilleros de poca monta, y todos esos tipos que se dedican al trapicheo, salgo con mirada asesina caminando como un villano de pelicula, las pastillas estan en mi bolsillo, solo se acierta a ver en mi mano los guantes y la mopa. Me miran y apartan la mirada rapido. Es como si pensasen, este loco con esa cara de mala ostia a matado a alguien y salido a comprar todo eso para limpiar el desastre, mejor ignorarlo.
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