El mejor escrito que hecho nunca.
OLD DOG.
7.10.2014
Tiene los ojos hundidos, es precisamente esa cara oculta de la luna, que a nadie le gustaría encontrar en un callejón. Camina torpemente, le pesan las piernas, sus manos rugosas con un tacto a cuero, me agarran, mi cuello es muy delicado en comparación al tamaño de esas garras.
Está cansado, busca venganza y sin embargo está tan agotado de la vida
que no lo hace con gusto, lo hace porque tiene que hacerlo, por que el respeto es lo que le mantiene vivo, y no puede permitir quedarse sin él.
no es algo personal, yo lo sé... no me matará pero me partirá la cara y alguna costilla.
El primer golpe no me lo esperaba, pero nunca te lo sueles esperar, viene como un destello, la adrenalina amaina el dolor y me cae un hilillo rojo por mi boca, agradezco no haberme mordido la lengua, el siguiente dolerá más.
No le pone ganas, eso en parte me ofende, no soy suficiente rival como para que le hierva la sangre, todo es demasiado sistemático, no hay palabras, no hay gestos. Como una lluvia, cae sobre mi, empapándome de sangre, De mi propia sangre.
No mentiré, me duele, me ha dolido mucho, apenas puedo retorcerme en el suelo, la luz parpadea y él se seca las manos con un pañuelo de tela, No dice nada, y eso me molesta, ni: aquí tienes tu merecido, ni espero hallas aprendido la lección, se va, sin musitar nada.
Con mi último aliento, furioso grito, -eres un perro viejo, un estúpido perro viejo sin pasión por nada, podrás darme paliza tras paliza e incluso más, pero nunca podrás volver a tener lo que yo tengo, la emoción de una pelea, esa sensación de ser el dueño de todo cuando le partes la cara a alguien, el hacer de una bronca una obra de arte, sólo puedes vagar, eh viejo, haciendo lo que te hacía sentir bien y ya no te lo hace.- Me río mientras escupo sangre, me encojo de dolor por los golpes, mala idea lo de reírse, el hombre vuelve me levanta de la cazadora, -¿y tu puedes hacer que vuelva a sentir eso?- Ehm no. Me atiza un puñetazo en el estomago,- pues aprenderás a hacerlo.
Y así es como el viejo y yo nos hicimos compañeros. Quizá no sea la historia más bonita de la tierra, pero qué demonios quien dijo que tenía que serlo.
7.10.2014
Tiene los ojos hundidos, es precisamente esa cara oculta de la luna, que a nadie le gustaría encontrar en un callejón. Camina torpemente, le pesan las piernas, sus manos rugosas con un tacto a cuero, me agarran, mi cuello es muy delicado en comparación al tamaño de esas garras.
Está cansado, busca venganza y sin embargo está tan agotado de la vida
que no lo hace con gusto, lo hace porque tiene que hacerlo, por que el respeto es lo que le mantiene vivo, y no puede permitir quedarse sin él.
no es algo personal, yo lo sé... no me matará pero me partirá la cara y alguna costilla.
El primer golpe no me lo esperaba, pero nunca te lo sueles esperar, viene como un destello, la adrenalina amaina el dolor y me cae un hilillo rojo por mi boca, agradezco no haberme mordido la lengua, el siguiente dolerá más.
No le pone ganas, eso en parte me ofende, no soy suficiente rival como para que le hierva la sangre, todo es demasiado sistemático, no hay palabras, no hay gestos. Como una lluvia, cae sobre mi, empapándome de sangre, De mi propia sangre.
No mentiré, me duele, me ha dolido mucho, apenas puedo retorcerme en el suelo, la luz parpadea y él se seca las manos con un pañuelo de tela, No dice nada, y eso me molesta, ni: aquí tienes tu merecido, ni espero hallas aprendido la lección, se va, sin musitar nada.
Con mi último aliento, furioso grito, -eres un perro viejo, un estúpido perro viejo sin pasión por nada, podrás darme paliza tras paliza e incluso más, pero nunca podrás volver a tener lo que yo tengo, la emoción de una pelea, esa sensación de ser el dueño de todo cuando le partes la cara a alguien, el hacer de una bronca una obra de arte, sólo puedes vagar, eh viejo, haciendo lo que te hacía sentir bien y ya no te lo hace.- Me río mientras escupo sangre, me encojo de dolor por los golpes, mala idea lo de reírse, el hombre vuelve me levanta de la cazadora, -¿y tu puedes hacer que vuelva a sentir eso?- Ehm no. Me atiza un puñetazo en el estomago,- pues aprenderás a hacerlo.
Y así es como el viejo y yo nos hicimos compañeros. Quizá no sea la historia más bonita de la tierra, pero qué demonios quien dijo que tenía que serlo.
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